martes, 8 de julio de 2014

Viajes y cursos de inglés

El año pasado estuvimos intentando organizar un curso de inglés para Pablo en el Reino Unido. El problema era que le tocaba a su madre elegir la fecha de vacaciones, y no podíamos cerrarlo hasta que ella dijera qué quincenas quería pasar con ellos.

José Luis le mandó correos, burofaxes, sms... todo lo que se le ocurrió, explicándole el problema. No pudo hablar con ella porque se niega a cogerle al teléfono. No hubo respuesta.

Pablo tenía muchas, muchas ganas de ir. Por eso, cada vez que le tocaba pasar sus días con ella  (y ella no cancelaba la visita), le preguntaba. Le explicó que estábamos intentando contratar un curso, que necesitábamos cerrar fechas... Ella decía que en el trabajo no le definían las vacaciones. Eso sería alrededor de abril.

La fecha límite para cerrar el curso era final de mayo. Nada, no había forma. Los últimos días, Pablo le llamó mil veces suplicándole que contestara. Imposible.

Una semana después de que se cerrara el plazo para apuntar al niño, su abogada llamó a la nuestra para comunicarle que renunciaba al régimen de visitas: que no iba a pasar más tiempo con los niños. Y, por supuesto, renunciaba también a las vacaciones.

O sea, que dejó sin viaje a Pablo totalmente a  propósito, sabiendo que no iba a pasar con él ni un solo día en todo el verano. Tiene narices la cosa. 

Más sobre visitas

Desde que Esther decidió que no quería respetar el régimen de visitas (en junio de 2013), ha visto a los niños:

  • El 8 de agosto (su cumpleaños), media hora, tomándose una cerveza.
    • El 3 de septiembre les llamó, pero no quedó con ellos.
    • El 12 de octubre les llamó, pero no quedó con ellos
    • El 2 de enero les llamó, pero no quedó con ellos
  • El 12 de febrero, por el cumpleaños de Pedro. Comió con ellos.
  • El 10 de marzo, para darle a Pedro su regalo de cumpleaños. Comió con ellos.
  • El 16 de junio, para el cumpleaños de Pablo. Comió con ellos
  • El 4 de julio exigió verles a cambio de firmar la autorización que se exige desde el 26 de junio para que los menores salgan de España. Firmaron, se tomó una cerveza y los mandó para casa sin comer a las tres y media de la tarde.
No llevo registro de las llamadas telefónicas entre el 12 de febrero y hoy, pero han sido, más o menos, una vez cada mes o mes y medio.

Además de esto, se ha presentado en el colegio de los niños dos veces para hablar con sus profesores. Eso ha sido en torno a mayo. No quedó luego con los niños. Sólo les vio un momento. Llevaba sin hablar con ningún profesor de Pablo y Pedro desde que los  niños se escaparon de casa. Sólo había pasado una vez por el colegio para decir que echaba de menos a sus hijos porque José Luis le había puesto una orden de alejamiento. La psicóloga del colegio, Begoña, se lo tragó (es su amiga), y pidió a los tutores que hablaran con los niños. Por suerte, la tutora de Pablo no lo hizo. El tutor de Pedro, tampoco. A mí me dijo que, si tantas ganas tenía de ver a Pedro y de hablar con él, no entendía por qué no se había pasado por la clase. 

Otro año más

Hace casi un año que no escribo. Desde entonces, han pasado algunas cosas aunque, en la práctica, todo sigue igual. O sea: los niños siguen con nosotros y su madre continúa pasando de ellos.

Después de la comunicación de renuncia al régimen de visitas, en la que Esther informaba de que no iba a pasar ni un día de las vacaciones de verano con sus hijos, nos encontramos con una nueva notificación del Juzgado: había solicitado una modificación del Convenio Regulador en la que se incluían dos cuestiones básicas:


  1. Renuncia al régimen de visitas por motivos de salud.
  2. Reducción a la mitad de la pensión de alimentos.
  3. Mantener el uso de la casa a pesar de no tener a los niños.
Antes de eso, se había reunido con sus hijos para decirles que tenía cáncer por los disgustos que ellos le habían dado. Por escaparse y todo eso.

El juez concedió la suspensión del régimen de visitas, el uso de la casa para ella y una pequeña reducción de la pensión ¿Por qué una reducción de la pensión cuando ahora los niños están todo el tiempo con nosotros y ella mantiene el sueldo igual, a pesar de la baja, tal y como demuestran sus nóminas? ¿Por qué le conceden el uso de la casa a ella en lugar de a los niños? Pues porque al juez le ha dado penita. Así es la vida.

O sea, que ella esté bien de salud para ir de bares con los amigos por alrededor de nuestra casa, pero no para ver a los niños, no importa. Que les diga a sus hijos que se va a morir por culpa de ellos, no importa. Que nosotros tengamos que asumir todos los gastos de los niños, no importa. Que la casa esté vacía porque ella se ha ido a vivir a casa de su nuevo marido, no importa.

Ella es una pobre mujer enferma y merece que se lo concedan todo. Toma ya.

miércoles, 26 de junio de 2013

Visitas

El jueves pasado, la abogada de Esther mandó un fax a la de JL para informarle de que, "por motivos de salud", no puede atender a sus hijos y que se suspende el régimen de visitas hasta nuevo aviso.

O sea, que no va a pasar las vacaciones de verano con sus hijos.

Por fin nos enteramos. A una semana del mes de julio.

lunes, 17 de junio de 2013

La boda

Esther se casó este sábado. Antesdeayer.

Eligió un fin de semana en el que los niños no estaban con ella.

No les avisó de que se casaba.

Llevaba semanas diciéndoles que no va a verles más. Que, si no les puede ver más, no es por su culpa. Que son ellos los que le han arruinado la vida. Que recuerden que les quiere y que les ha querido siempre. Que nunca les ha hecho nada malo y ellos le han pagado así: abandonándola. Que se acuerden siempre de ella, que es su madre, aunque no vuelvan a verla.

Ayer era el cumpleaños de Pablo. Le llamó a mediodía para felicitarle. Le dijo:
"Pablo: ayer me casé. Vinieron muchos amigos y lo pasé muy bien."
Pablo le preguntó por qué no les dijo que se casaba, y ella sólo se rió.

Se casó a cinco minutos en coche del lugar en el que estaban sus hijos y no les avisó. No le interesó que estuvieran en su boda. Hay cosas que no consigo entender.

Dentro de 13 días empiezan las vacaciones de verano. No nos ha dicho cómo van a ser, qué parte del verano elige para estar con los niños. Supongo que esperará al 30 de junio para que podamos organizarnos bien.

Pablo, a pesar de todo, está muy triste y muy agobiado por pensar que tal vez nunca más pueda ver a su madre.

Es difícil hacer que se sienta tranquilo.



martes, 5 de marzo de 2013

Sentencia

No había escrito desde antes del verano.

Durante todos estos meses, hemos tenido la custodia de los niños de forma cautelar. Mientras tanto, continuaba un proceso para asignar la custodia de forma definitiva.

Las cosas estaban calentitas. Todavía lo están. Por eso el blog está cerrado.

En los primeros pasos de ese proceso, Esther alegó que, si estaba más nerviosa de lo normal, y si estaba descentrada con los niños, o incluso algo agresiva, es porque yo le estaba sometiendo a un acoso que le tenía al borde de una crisis de ansiedad. (¡¡¡!!!)

Yo.

Su abogada presentó como prueba en el juicio mi página de Facebook ¿Por qué? Pues porque aparecían algunos comentarios generales negativos. Tipo "Qué jarta estoy de la gente chunga"

Como, por supuesto, jamás se me ha ocurrido mencionarla, el juez lo desestimó. Qué prueba tiene de que esos comentarios se refieran a su cliente, le dijo.

Pero, dada la situación, pensé que era mejor no tentar a la suerte.

Por fin, la semana pasada llegó la sentencia. Se confirman las medidas cautelares como definitivas.

Quedan aún quince días para saber si ella apelara o si su abogada solicita declarar juicio nulo, como dijo que iba a hacer.

Si no lo hace, volveré a abrir el blog. Porque las cosas que les sigue haciendo a los niños, a pesar del poco tiempo que pasa con ellos, no tienen nombre.

lunes, 14 de mayo de 2012

El día después

Anoche recogimos a los niños. Estaban eufóricos por estar con nosotros por fin. Pasadísimos de rosca, de hecho. Por la noche, ninguno se podía dormir.

Su madre los había tenido encerrados  todo el día de ayer. Sin dejarles usar el teléfono, ni el ordenador, ni internet (¡por culpa de vuestro padre!, les dice).

El sábado, Pedro tenía una comunión a la que le dejó ir.
A Pablo le dejó ir a casa de un vecino, pero acompañándole hasta la puerta.

Bruce no estaba con ellos "por culpa de vuestro padre". El tío apareció un momento el sábado por la tarde y, cuando vió a Pablo, le dijo:
"¡¡Ah!! ¡¡No, por favor, no me denuncies!!"

En otro momento, Pedro le dijo a Pablo "mongolo" y Esther le dijo
"¡¡Pablo, llama a la policía!! Denuncia a tu hermano, que te ha insultado ¿¿por qué ahora no llamas??"

Es tonta. Se lo está poniendo a ella misma cada vez peor.

Al menos, está bebiendo cerveza sin alcohol.

domingo, 13 de mayo de 2012

La sentencia

El jueves, Asuntos Sociales estuvo entrevistándola por la mañana. Por la tarde, entrevistó a José Luis y a los niños. José Luis escuchaba lo que los niños decían a través de una puerta entreabierta. Dice que se le ponían los pelos de punta de oir las barbaridades que contaban.

Avisaron a la abogada de JL que el juez escucharía a los niños el viernes, y que se dictarían medidas de urgencia.
En la vista, declararon los dos guardias civiles que fueron a casa de Esther y luego al Centro de Salud la noche que los niños se escaparon.

Su declaración fue contundente: que los niños dijeron claramente y sin lugar a dudas que querían quedarse con su padre; que, cuando llegaron a casa de su madre, ella ni se había enterado de que los niños no estaban; que, aunque ellos no llevaban alcoholímetro, era evidente que Bruce y ella estaban en estado de embriaguez; que se quedaron asombrados de que, cuando le comunicaron que los niños se habían escapado en mitad de la noche, no se preocupó por ellos, por cómo estaban o por si los podía ver: sólo le importaba asegurarse de que no se habían llevado a la perra, de que la perra no se escapara y de conseguir contactar con su abogada. Ese no es el comportamiento lógico de una madre, dijeron.

El primer guardia fue muy contundente. El segundo, todavía más.

Segunda parte.

Hace ya meses que ella iba quejándose a todo el mundo de que Pablo era un niño rebelde y violento e, incluso ha llegado a fingir que le pegaba (Pablo a ella).

Pues, en línea con eso, cuando los niños le dijeron claramente que se querían ir a vivir con su padre, ella se acercó a Asuntos Sociales para decir que Pablo era un niño dificil, rebelde y violento, y que no sabía qué hacer con él.

Fue una entrevista pedida por ella y mantenida en el momento que ella eligió. Fueron a la entrevista ella y su novio.

Pues, a pesar de todo eso (de que era ella quien la había solicitado, de que el momento lo eligió ella), el informe de Asuntos Sociales fue demoledor. La sentencia sólo recoge sólo una pequeña parte. Dice que


el hedor a alcohol que quedó en la sala en la que mantuvieron la entrevista, tardó horas en irse. Que esos niños están en evidente peligro y que es necesario protegerlos

Una amiga de ella y su sobrina dijeron que era una madre fantástica y que nunca bebía. Como mucho, una cerveza de vez en cuando. La sentencia dice "qué van a decir".

Como resultado, los niños están con nosotros todo el mes, salvo fines de semana alternos, de media mañana del sábado a tarde-noche del domingo. Eso se revisará, en una nueva vista dentro de un par de meses.

Cuando los niños salieron de declarar, las amigas y las hermanas se les echaron encima, gritándoles
"¿¿¿vosotros queréis quedaros sin madre??? ¡¡Pues estáis haciendo todo lo posible para quedaros sin ella!! ¡¡Que lo sepáis!!".
Pedro se puso a llorar, y yo me puse a decirles que dejaran en paz al niño y se formó un poco de bronca.

La abogada de JL me dijo que lo dejara, que no convenia discutir. Eso lo entiendo, pero no podía consentir que machacaran al niño delante de nuestras narices. Así que, me dio permiso para que nos lo lleváramos.

Lo único malo de todo esto es que este finde lo pasan con ella. De las 12 de hoy a las 9 de la noche de mañana. Ellos están aterrados. Pero, al fin y al cabo, es sólo día y medio.
Estas son medidas urgentes. Dentro de dos meses, se dictarán las provisionales. Y no sabemos cuándo, las definitivas.

Sorprendentemente, tenemos que seguir pagando pensión y el uso de la casa sigue siendo de ella. Pero eso es lo de menos.

Por fin podremos vivir tranquilos. Al menos, durante dos meses.

martes, 8 de mayo de 2012

Fugas

Los niños se escaparon ayer a medianoche de casa de su madre.

Ella y su novio estaban bebiendo en el salón y ni se enteraron.  Y eso que los críos habían hecho sus maletas y salieron por delante de sus narices con un trolley cada uno.

Cuando se alejaron de casa, Pablo llamó a JL diciéndole q estaban escondidos en el parque y q les fuera a buscar.
Pedro estaba con una crisis de ansiedad, así que, JL se los llevó al Centro de Salud y llamó a la Guardia Civil.
Cuando la Guardia Civil llegó a su casa, ella seguía sin haberse enterado de que sus hijos no estaban allí.

Después, el mismo cabo de la GC, se pasó por el Centro de Salud y les preguntó a ellos.


Pablo les dijo que no aguantaba más, que su madre y el novio estaban siempre gritándole e insultándole (gilipollas, capullo hijo de puta y cosas así), y que su hermano lloraba y estaba muy nervioso viéndolo. Que por eso habían decidido escaparse.
El guardia le preguntó si su madre bebía, y él le dijo "¿que si bebe? ¡¡Tela!! Desde la hora del desayuno. Desayuna con cerveza. Y a mí me hace llevar al contenedor bolsas y bolsas con botellines vacíos todas las semanas".

Hoy Pedro no va al cole. Le da miedo que su madre se presente allí e intente llevárselo.


Pablo volverá a casa después de un examen que tiene a las 11.

De nuevo sin palabras.

viernes, 4 de mayo de 2012

solos y mal acompañados

Durante estas últimas semanas (no puedo asegurar si ha sido en el plazo de un mes o de dos), Esther se ha ido de viaje de trabajo dos veces durante el periodo en el que los niños estaban con ella.

Sí. Eso que en la demanda de divorcio aseguró que no ocurriría jamás porque tenía un acuerdo con su jefe para que así fuera.

En los meses anteriores, ha ocurrido muchas otras veces, pero ahora parece que se le están acumulando los viajes.

El caso es que ha dejado a los niños con Bruce.

Iba a escribir alguna apreciación personal. Pero creo que renunciaré a hacerlo. En su lugar, relataré lo que los niños nos han contado tal y como nos lo han contado, respecto a estos dos últimos viajes de su madre.

En el primer viaje, durante la noche que se quedaron con él, Pablo nos contó que abrió una botella de Ruavieja, "del verde", cuando iban a cenar. Cuando se levantó a las 7 de la mañana, la botella estaba terminada.

Ruavieja. Ese aguardiente gallego de 30º.

Sí, efectivamente, la noche que se quedó él solo al cuidado de los niños.

La segunda noche, para no ser menos, se fundió medio tetrabrick de 5 litros de vino.



"Está siempre bebiendo", dicen los niños. "O vino, o aguardiente o lo que sea. Siempre tiene un vaso en al mano."

Pues qué bien.

jueves, 3 de mayo de 2012

Los chantajes siguen

Durante estos días, los niños han quedado con algunos amigos de su madre a los que hacía tiempo que no veían.

Casualidades.

Estos amigos les han echado en cara lo desagradecidos e insensibles que están siendo con su madre.

Les han preguntado que cómo pueden portarse así con alguien que les ha llevado al mundo y "les ha parío".

Les han preguntado si no tienen claro que nadie puede quererles como su madre. Que nadie en el mundo mundial puede sentir por ellos el amor que ella siente, ya que nadie más que ella les ha llevado dentro durante nueve meses.

Les han preguntado que cómo pueden hacerle semejante putada a la persona que más les quiere en el mundo.

De nuevo les han dejado claro que su padre y yo sólo queremos que estén con nosotros por la casa y por la pasta. Lástima que los niños sepan que su padre ha renunciado expresamente al uso de la casa y a que le pasen ninguna pensión.

Los niños nos dicen que cómo puede ser que nadie de toda esa gente les haya preguntado por qué quieren irse, ni como se sienten para querer un cambio así.

Todos les dicen "tu madre se va a morir por tu culpa" "tu madre va a ser pobre por tu culpa" "Yo me voy a quedar sin vecinos para jugar porque tú sólo piensas en ti mismo"... Pero nadie les ha dicho "Y tú, ¿cómo te sientes?"

Y ellos, como digo siempre, son niños, pero no tontos. Y por eso les duele que nadie del entorno de su madre, ni sus tías, ni sus amigos de toda la vida, se hayan preocupado por ellos.

miércoles, 18 de abril de 2012

Qué sorpresa

Qué sorpresa. Cuando Esther se ha enterado de que los niños quieren venirse a vivir con nosotros, ha cambiado varios comportamientos. Todos la misma semana:

1- Ha comprado zapatos nuevos a Pedro (¡ya era hora, porque estaban tan rotos que cualquier día se dejaba los dientes en el suelo!)

2.- ¡Ha hecho los deberes con Pablo! Al menos un día, pero los ha hecho. Eso sí: le castigó por lento.

3.- Ha dejado a Pedro llevar la bicicleta al cole en "el día de la bici", y eso que no era necesario porque estaba con nosotros la víspera de ese día. Le ha dejado traer la bici a nuestro "pisito de mierda"

4.- ¡¡Les ha comprado manzanas!! Y les ha dicho que no compra más fruta porque cuando compra, se pude en el frutero. Cuando me lo contaban, los niños me miraban con cara de "esta se cree que nos chupamos el dedo"

5.- Ha llevado a Pablo al hospital nada más tener una caída ¡¡le ha llevado ella!!

6.- Esta mañana, le ha dejado no ir al colegio porque se encontraba mal ¡¡y ha salido del trabajo para volverle a llevar al hospital!!

7.- Ha llamado a José Luis para informarle en el camino DE IDA al hospital ¡¡En el de ida!! Las demás veces nos hemos enterado días después, cuando nos lo han contado los niños en el cambio de turno.

Qué casualidad. Tantos cambios en cuatro días. Y justo al enterarse de que se quieren venir con nosotros. Y justo después de que su hermana interrogara a los niños y ellos le explicaran por qué quieren hacerlo.

Supongo que espera acumular méritos en el tiempo que queda antes de que el juez entreviste a los niños. Y que ellos se olviden para cuando llegue esa entrevista de cómo los trataba antes de este cambio

lunes, 16 de abril de 2012

¡Y más chantaje aún!

Esta semana que han estado con nosotros, los niños nos han contado que todo el mundo les echa en cara su decisión.

No sólo su madre. No sólo su tita.

La chica que les cuida y limpia la casa, les ha dicho que se va a quedar sin trabajo por su culpa. Que, no sólo ella va a ser pobre, que ya no van a poder ver nunca más, ni van a poder hablar por teléfono, ni nada. Eso es lo que va a pasar si ellos deciden venirse con nosotros.

De nuevo, Pedro lo contaba llorando.

Pero ellos lo tienen claro. Nadie les ha dicho nada sobre ellos. Nadie ha hablado de dónde van a estar mejor, dónde van a ser más felices, mejor cuidados o más tranquilos.

Todos les dicen "por tu culpa me voy a quedar sin dinero" "por tu culpa me voy a quedar sin casa" "por tu culpa voy a vivir peor"

Y eso, les da qué pensar.

jueves, 12 de abril de 2012

Más chantaje

Como era de esperar, desde que los niños han dicho a su madre que se quieren venir con nosotros, el pressing va aumentado día a día.

El lunes les llevó a casa de su hermana pequeña. La tita, los sentó frente a ella y se puso a darles caña:



¿Sabéis que mamá no ha parado de llorar desde que se enteró de que os queréis marchar con vuestro padre?


Que sepáis que, con esta decisión, váis a hundir a mamá

Vuestro padre os engaña: lo único que quiere es quedarse con la casa y con todo el dinero de mamá



Mamá va acabar arruinada por vuestra culpa: se va a tener que ir a vivir a un piso o a casa de Bruce



Tendrá que dormir a Pebbles para matarla
.


Además, no la podréis ver casi nunca. Todo el mundo sabe que, cuando un niño dice que quiere ir con su padre, a su madre ya no la puede ver más que una vez al mes o menos.



A mí tampoco me podréis ver. Ni a vuestras primas. Yo tampoco puedo parar de llorar desde que me enteré.



Si os queréis ir, tenéis que decirme una razón que a mí me convenza. A ver, decidme una razón ¿Por qué os queréis marchar?



Se enfadó mucho con Pablo porque él, para no angustiarse, estaba pensando en otra cosa. "A tí te da igual lo que te diga ¿no? Te estoy viendo en los ojos que estás pasando de todo"

Después de eso, les exigió que le dijeran qué cosas les gustaban y que cosas no les gustaban, primero de su madre y luego de su padre, prometiéndoles que eso iba a quedar entre ellos y no se lo iba a contar a nadie.

Aprovechando que salió a fumar un momento, Pablo abrazó a Pedro, que estaba muy angustiado, le dijo que no se preocupara, pero que tuviera claro que todo lo que le dijeran a la tita, ella se lo iba a contar a mamá.

Pedro contestó "Ya lo sé. Nos está grabando".

Entonces, su tía volvió, y empezó a anotar las cosas que ellos le decían que les gustaban y que no les gustaban de sus padres.

Y después, les empezó a exigir que eligieran.

            ¿A quién queréis más? ¿A mamá o a Nerea? (¡¡¡¡¡¡¡¿¿¿¿¿???????!!!!!!)


¿A quién queréis más? ¿A papá o a Bruce?



 Pedro lloraba cuando nos lo contaba.

Yo le dije que no hay por qué elegir ¿cómo se puede saber si quieres más a tu padre o a tu hermano, o a tu mejor amigo? Quieres a la gente, no hay por qué elegir el orden de la lista.

Después les enseñamos la demanda en la que JL dice que no quiere ni la casa ni ninguna pensión, que sólo quiere tener a los niños.


Ya lo sabíamos, dijeron. Pero se les volvió a ver sonreir.





martes, 10 de abril de 2012

provocaciones

Algunos amigos me dicen que la culpa de que Bruce me amenazara de muerte, la tuve yo por provocar.

Si es que, está claro. Alguien te dice "heres puta temato" porque no puede evitarlo; es su caracter. Si encima, tú vas y le contestas "eres se escribe sin h", te la estás buscando por provocadora.

Tiene huevos.

Volvemos al "se buscó que la violaran. Va provocando"

sábado, 7 de abril de 2012

Amenazas de muerte

El jueves por la noche, JL estaba intentando hablar con los niños. No estaba operativo ningún teléfono, no cogían el fijo de casa, y su exmujer le colgaba cuando él llamaba a su móvil.
Así que, decidió llamar a su novio. Él le cogió el teléfono y le gritó furioso que los niños no estaban con él, que él estaba tranquilo con su familia, que como volviera a llamar le iba a pegar, le iba a dar una paliza y le iba a rajar, que tenía más huevos que él… y así siguió gritando. Yo le dije que se tranquilizara, que si no estaba con los niños, lo dijera y no pasaba nada. Entonces, se puso a gritarme a mí y colgó muy enfadado.
Yo le mandé este mensaje

¿por qué te cabreas? Este rollo no va contigo. Sólo queremos hablar con los niños. Si no estás con ellos, no hay problema: nos lo dices y ya está.
         No creo que hagamos mal a nadie por tratar d hablar con ellos.

Al cabo de un rato, como suele ocurrir cuando llamamos a Bruce, Esther cogió el teléfono y se lo pasó a Pedro, así que, JL pudo hablar con él. Resulta que sí que estaban con Bruce. Yo me indigné y le mandé este mensaje:

¡Pero qué mentiroso eres!¡Estás con Pedro!¡No me lo puedo creer!

Él me contestó con varios sms:

Te sigo te godere puedo maske tu te transmito te matare no mejodas

         Te cuidado puta kaeras


Te kojere hoy temato puta




         Puta heres puta vasca y trabajo con tus conpadres


Por hoy empiza la lucha puta

Puta estoy en paro como sigas te espero kara ha kara demuestra tu orgullo

Orgullo, dice el tío. En fin. Qué peña. Le iba a poner que él y cuántos más. O que me daba pena abusar de un vejete enclenque que le roba la ropa a un niño de 12 años. Pero al final me dio mitad pena y mitad miedo. Creo que soy demasiado educada para decir algo duro como eso. Una cosa es pensarlo en un momento de cabreo, y otra muy distinta, escribirlo y mandarlo...
Cuando JL le pidió a Pedro que le pasara con Pablo, él preguntó a su madre y ella le dijo que no podía ponerse porque estaba en la ducha. Pero ayer Pablo nos dijo que eso era mentira, que estaban en un bar de nuestro pueblo cuando pasó todo lo anterior.

Nos dijo que Bruce hacía unas cosas muy raras. Que seguramente estaba borracho o drogado. Que tiraba cosas al suelo cabreado y daba portazos con las puertas del bar.

Que su madre y Bruce siguieron bebiendo durante un rato más después de que habláramos con Pedro y de este cruce de sms. Luego, a pesar de llevar mucho tiempo bebiendo y de que, según Pablo, parecían borrachos, cogieron el coche y condujeron hasta el pueblo en el que vive su madre, a varios kilómetros por una mala carretera. Llevando a los niños en el coche, por supuesto.

Otra conocida común nos dijo que se la había encontrado el miércoles santo y que estaba borracha como una cuba. Que se quedó horrorizada porque los niños estaban con ella, estando ella en ese estado.

Yo estoy horrorizada porque volvieron en coche. Desde el metro hasta su casa; de nuevo a varios kilómetros de mala carretera. De noche y sin iluminar. Conduciendo ella, y yendo en ese estado.

sábado, 31 de marzo de 2012

Emboscadas

Ayer Pablo volvió de la excursión. JL fue a recogerle a la puerta del colegio. No quiso que yo fuera con él porque se olía que Esther iba a montar alguno de sus números y no quería que Pedro lo sufriera.

Efectivamente, ella estaba allí con una de sus amigas intermitentes.

Cuando llegó el autobús, se llevó a Pablo aparte con la excusa de darle los libros y los deberes. Al acercarse JL para avisar a Pablo de que había que irse ya para casa, Esther se puso a insultarle, llamándole gilipollas, cabrón y de ahí para arriba.

La amiga, grababa la escena en vídeo.

JL se dió cuenta de la jugada y no cayó, pero Pablo se agobió mucho y le decía
"¿Lo ves, papá? ¡Te lo dije! ¡Te dije que iba a hacer algo".


Cuando ella le escuchó, se puso a gritarle también a Pablo:
"¡¡Pablo, tú estás de su parte!! ¡¡No me puedo creer que estés de su parte!!"
Esta mañana me decía que estaba angustiado pensando en lo que podía hacer su madre con esa grabación. Yo le he preguntado si su padre había hecho algo malo, si había respondido a los insultos o había hecho algo. Me ha contestado:
"Claro que no, pero mi madre es informática y tengo miedo de que algún amigo suyo pueda manipular la grabación y parezca que papá le contestó"


De nuevo me quedo sin palabras.

Lo único bueno es que le ha traído los libros y podrá hacer deberes.

viernes, 30 de marzo de 2012

Atados de pies y manos

Esto pasó hace ya más de un año.

Todo empezó porque una amiga común, nos contó que se había encontrado con Esther en el estanco. Que Esther iba con los niños. Que se había parado a saludarla y que tumbaba de espaldas del pestazo a alcohol de su aliento.

Como había cambiado ya el turno y los niños estaban con nosotros, les preguntamos. Nos dijeron que, efectivamente, se habían encontrado con ella. Que, después de estar con ella, su madre siguió bebiendo cervezas. Que por la noche se fueron a casa en coche y que, como siempre, conducía ella.
Nos acercamos a la Guardia Civil de pueblo con la pretensión de que, ya que sabíamos su recorrido habitual, la pararan y bajaran a los niños del coche si daba positivo en un control. El guardia que nos atendió nos dijo que ni de coña se podía parar a una persona y hacerle un control por el morro sólo a ella. Ni aunque alguien la hubiera denunciado. Que, o  te pilla un control, o no hay nada que hacer. Que aunque llames avisando que un amigo tuyo está borracho y quiere coger el coche, ellos pueden hacer nada. A ver si les van a acusar de tener manía a alguien.

Al día siguiente, sin encomendarme a Dios ni al diablo, escribí un correo electrónico a una dirección de "quejas y sugerencias" de la página de la Guardia Civil. Básicamente, contaba lo que había pasado, y les decía que escribía ese correo para que quedara constancia y que, como a los niños les pasara algo, pensaba dedicar mi vida y mi dinero a que se exigieran responsabilidades y se hiciera justicia con toda la cadena de mando implicada en el tema: desde el número que había pasado del asunto hasta los ministros de Justicia e Interior.

A los dos días me llamaron del Departamento de Menores de la Guardia Civil. El Jefe del departamento estuvo como una hora hablando conmigo, diciéndome que las cosas que contaba eran inaceptables, y me dió los teléfonos de Protección al Menor de la Junta a los que me tenía que dirigir, ya que, al parecer, el departamento que él dirige está más bien dedicado a delincuentes menores de edad y esos temas.

Un día más tarde, me llamó el jefe de la unidad de Tráfico de la Guardia Civil y me citó en el cuartel. Le expliqué que no podía figurar mi nombre porque podía ser perjudicial para el proceso de divorcio y custodia de JL, y él me aseguró que no aparecería.
Entonces, le di todos los datos y me aseguró que él se ocuparía del tema y que Esther no conocería quién había denunciado los hechos. Me dijo que la actitud de los guardias del cuartel del pueblo era imperdonable, y que lo que nos habían dicho sobre que no hay medidas que se puedan tomar en estos casos, desde luego, no son ciertas.

Al parecer, llamó a Esther y los niños nos contaron que estuvo como un mes bebiendo cerveza sin alcohol y quejándose de que su padre le había denunciado. Después, y ha pasado más de un año, volvió a las andadas.

La cosa quedó así hasta que, al cabo de los meses, la anterior profe particular de Pablo, se quejó de que había llamado a Esther para fijar la hora de la clase, y ella le había contestado al teléfono desde un bar y borracha como una cuba.

De nuevo preguntamos a los niños, y nos dijeron que estaban en un bar de Almensilla y que, como siempre, su madre condujo de vuelta a casa con ellos en el coche.

Otro agravante es que los lleva sin medios de seguridad. Pablo va sentado delante y Pedro detrás, entre los dos asientos y sin alza de seguridad.

Pensé que podía acercarme a Protección al Menor de la Junta, como me había dicho el Jefe del Departamento de Menores de la Guardia Civil, pero sin dar datos ni de José Luis ni de los niños.

Me planté allí. Me costó bastante que me recibieran sin dar nombres pero, al final, lo hicieron.
La funcionaria empezó atendiéndome sin ganas, con cara de "a ver qué me cuenta esta pedorra". Según le iba contando detalles, ella ponía cara de consternación y me iba dando consejos: una evaluación psicológica, pedir ayuda a la Asistente Social del ayuntamiento de Palomares...
Yo le conté el éxito que habíamos tenido haciendo las cosas por las buenas, cómo Esther había llevado a los niños al psicólogo antes de llevarlos al Gabinete Psicosocial del juzgado (nos acabábamos de enterar de eso), y lo que decía  finalmente el informe del Gabinete. Cuando se lo conté, me miró con cara de "qué mala suerte" y me preguntó:
"¡No me digas que os tocó Axxxx. Mxxx.! ¡Pero qué mala suerte!"
Yo le dije que no tenía ni idea de quién era el psicólogo que lo hizo. Pero, al volver a casa lo comprobé y, efectivamente, era él.

Me explicó que ellos no podían hacer nada, salvo asumir la custodia en caso de desamparo por parte de los dos progenitores pero que, con JL, es evidente que este no es el caso, ya que él se ocupa de los niños y es una "figura protectora", dijo.

Me explicó también que el único camino era el judicial y/o contar con la ayuda de la Asistente Social del pueblo en el que reside la madre de los niños. Que la Asistente Socia determinara que Esther es alcohólica, y que hiciera un informe al respecto para que se tomaran medidas, pero que entendía que, con nuestra experiencia anterior, ese era un camino incierto.

Se despidió de mi ¡¡con un abrazo!! y me dijo que ojalá la madre de los niños se matara en una curva el siguiente fin de semana que estuviera sola.

Le pregunté horrorizada si la solución de la Junta para un caso así era desear la muerte de la madre de los niños y me contestó
"Estamos atados de pies y manos; no podemos hacer nada, aunque queramos. Ojalá pudiéramos hacer algo más. Pero no podemos".

Sin palabras.

Las zapatillas de Pedro

Estas zapatillas son los únicos zapatos que tiene Pedro en casa de su madre. Estas, y las botas de tacos de la clase de fútbol.

jueves, 29 de marzo de 2012

La mochila de los deberes

Pedro nos ha dicho que él también intentó traerse a casa la mochila de Pablo con las cosas para los deberes. Lo había recogido todo él solo. Lo tenía ya preparado, pero su madre lo vio y le dijo que lo dejara en casa, que no se lo podía llevar. Que el viernes se lo llevaría ella al autobús.

Crucemos los dedos.

También nos ha dicho que, ahora que no está Pablo, estar con su madre es soportable. No es un infierno de gritos todo el día.

Pero que se siente muy solo y se aburre mucho.

Qué mono es.