lunes, 26 de diciembre de 2011

Papá Noel

Los niños están con su madre. Ya que les dijo que no habría Reyes porque ese día lo pasarán con nosotros, pensé que en Papá Noel se luciría.

Pues no.

Como les permitió separar los cuartos hace una mes o dos,  les ha regalado una silla y una mesa.

Esos han sido sus regalos de Papá Noel.

sábado, 24 de diciembre de 2011

La calefacción

No podíamos pasar un día sin alguna película.

Nos dicen los niños que en los sitios de la casa donde suele estar su madre (cocina, salón, su cuarto), hace siempre mucho calor; pero que el los cuartos de ellos dos, hace un frío que pela.

Tanto que por las noches se pelean por quién se queda con la manta más gorda.

Resulta que ella ha cerrado el paso de climatización de los cuartos de los niños para que todo el calor vaya a su dormitorio y a los sitios en los que normalmente está ella.

¿¿Se puede creer??

Ya les hemos explicado qué tienen que hacer para cambiarlo ¡¡el problema es que lo tienen que hacer a escondidas porque, si les pilla haciéndolo, se la cargan!!

jueves, 22 de diciembre de 2011

Más sobre los Reyes

Pedro no sabía que los Reyes Magos son los padres.

El martes, su madre le dijo a Pablo que se lo iba a decir. Pablo estuvo media hora intentando convencerle de que no lo hiciera.

- Estamos casi en Navidad, mamá ¡Espera a que pase! ¡le vas a fastidiar las fiestas!

Ella se reía diciendo que menuda estupidez, que ya tenía nueve años y que se lo iba a decir. Qué importa dos semanas más, contestaba Pablo.


Por supuesto, ella no le hizo a caso. Llamó a Pedro y se lo contó. Sin miramientos ¿Pa qué?

- Pedro, que los Reyes no existen. Somos los padres.

Él se puso a llorar. En lugar de consolarle, le dijo que se dejara de chorradas de una vez.

Cuando me lo contó, al pobre se le saltaban las lágrimas.


miércoles, 14 de diciembre de 2011

Carta a los Reyes

Esther le ha dicho a Pablo que, si van a pasar el día de Reyes con nosotros, no escriba carta a los Reyes en su casa.

Que los regalos los tendrá que pedir aquí, porque allí no habrá.

Cada día me sorprendo más-

lunes, 5 de diciembre de 2011

Tareas y consecuencias

Esta vez ha sido Pedro el que me ha contado la última historia: su madre le ha dicho que, o limpia él la piscina, o van a vender la casa y se van a vivir a un piso. A Pedro, que tiene nueve años.

Y ya se sabe lo que pasa en un piso, según ella:

1º.- Los pisos son para tontos.

2º.- En un piso, no puede vivir Pebbles, así que, habrá que ponerle la inyección.

Todo eso, como consecuencia de que Pedro no se encargue a partir de ahora de limpiar la piscina.


viernes, 25 de noviembre de 2011

Lo tuyo es mucho teatro

Vaya semanita llevamos.

Pablo tuvo una lipotimia en el cole el viernes por una bajada de tensión. Una movida: llegó una ambulancia del 112, los niños de su clase llorando... No era nada, pero resultaba muy aparatoso.

Cuando le preguntaron a Pablo el teléfono de sus padres, dio el de JL , claro.

Fuimos a buscarle, le trajimos a casa y se pasó toda la tarde durmiendo.

Su madre, le llamó esa tarde exclusivamente para reñirle porque el colegio hubiera llamado por teléfono a su padre en lugar de a ella. No para preguntarle cómo estaba. Y eso que se le notaba en la voz que se encontraba fatal.

Al día siguiente, el pobre se levantó con unas anginas tremendas: le dolía tanto que no podía ni tragar saliva, tenía fiebre altísima... Así todo el fin de semana.






El médico le recetó antibíótico, antipiréticos, antiinflamatorios y de todo. No tenía fuerzas ni para comer.

Por supuesto, el lunes no pudo ir al colegio.

JL le había mandado a su madre un correo electrónico adjuntándole los informes médicos, la medicación necesaria y explicándole todo lo que había pasado.

Pablo estuvo conmigo toda la mañana del lunes. Durmiendo la mayor parte del tiempo. Se despertó por la insistencia de las llamadas de su madre, empeñada en saber a qué hora lo íbamos a llevar a su casa.

- Pues, mamá, no sé, no me encuentro bien.

Pero esa respuesta no valía. Llamó cuatro veces entre las 12, que se levantó Pablo, y la una y media. Hasta yo escuchaba los gritos al otro lado exigiendo conocer la hora exacta a la que yo le iba a llevar. No entendíamos el sentido. Ella nunca está en casa a esa hora y, en cambio, su asistenta siempre está desde un par de horas antes hasta tres o cuatro horas después.

Eso fue el lunes. El miércoles lo entendimos.


Cuando yo le confirmé que llevaría a Pablo a su casa a las 2, ella aprovechó el momento.

Mientras yo estaba con Pablo camino de su casa, se presentó en el colegio. Empezó a preguntar por él con gesto desesperado, diciendo que se había enterado por un vecino del desmayo de su hijo, que no había podido hablar con él en todo el fin de semana, que no le habíamos dejado verlo. Que no sabía que seguía enfermo y no había ido al colegio. Que dónde estaba.

Preguntaba a los profesores y a los amigos si le podían decir algo.

Se fue, incluso a hablar con la tutora de Pedro para contarle lo mismo.

Lástima que le saliera el tiro por la culata. El miércoles, Pablo tampoco fue al colegio, pero sí a clase de inglés. Cuando le vieron, sus compañeros corrieron a hablar con él, a preguntarle cómo estaba. Le dijeron que su madre había estado preguntando por él en el colegio dos días antes.

- Ya. Para dar pena - les contestó él, avergonzado.

De verdad, que es una pesadilla tener que estar así.

Pero ¿qué tiene esa mujer en la cabeza??

martes, 22 de noviembre de 2011

castigos

Hoy, he tenido la osadía de hablar con los niños.

Así que, su madre les ha quitado los móviles y ha descolgado el teléfono de casa para que no puedan hablar no su padre.

Castigados por tener la desfachatez de hablar con su madrastra.

¡Si es que, ellos se lo buscan....!

jueves, 17 de noviembre de 2011

de sms y llamadas (¡¡¡otra vez!!!)

Ayer nos contaba Pablo (de nuevo), que su madre le exige que le mande un sms si quiere hablar con ella. Le dice que tenga claro que jamás le va a llamar motu propio. Que, como hijo, tiene el DEBER de pedirle (rogarle, diría yo) "audiencia telefónica".

Le mandó el sms, claro.

"Mamá, llámame"

Ella, le llamó. ¿Ves? le dijo Si me lo pides, yo te llamo. Mira qué fácil es.

Está bien. Le está entrenando para obedecer contra toda lógica. Y también para que entienda que ella no da nada si cobrar una tasa a cambio. La que sea. Cualquier cosa, aunque sea una tontería. Un sms es suficiente para que él entienda que mamá no da nada gratis. NADA. Ni siquiera cariño por teléfono.

Hace un rato, ha llamado. Pablo estaba en la ducha. Se lo hemos dicho. Ha vuelto a llamar, y Pedro le ha dado el teléfono a su hermano, que estaba en bolas recién salido de la ducha.





Mientras tanto, la profesora de apoyo estaba tocando el timbre de la puerta. Así que, Pablo tenía 0,2 segundos para vestirse y no hacerle esperar. Al fin y al cabo, la clase dura sólo una hora.

Como se enrollaba y el niño seguía en bolas, le hemos pedido que cuelgue, que la profesora ya estaba en casa.

Ella, ha llamado por teléfono a la chica, diciéndole que le suplicaba que le pasara con Pablo, que le estábamos impidiendo hablar con su hijo.

La profe , flipada, le ha contestado que Pablo acababa de salir de la ducha cuando ella entraba por la puerta. Pero que, si era tan urgente, le pasaba el teléfono un momento.

Cuando ha colgado, Pablo nos ha contado que no quería nada. Que sólo le decía que por qué le prohibíamos hablar con ella.

Con estas cosas, me quedo sin saber muy bien qué pensar. Ni qué se le pasará por la cabeza a esta mujer cuando actúa así.


lunes, 14 de noviembre de 2011

Huckleberry

Después de tanta movida con el libro de Mark Twain, resulta que Pablo no ha leído nada.

Una semana con su madre, y no lee ni un capítulo. Estamos a día 14 y tiene que terminarlo para el día 2 de diciembre. Y el libro en cuestión, tiene 325 páginas. Ni de broma le da tiempo.

Verás tú cómo el fin de semana del 2 terminamos quedándonos todos en casa para que él pueda terminar.

Tiene narices la cosa.

jueves, 10 de noviembre de 2011

más mensajes

Ayer, de nuevo, Esther mandó un sms a los niños que decía algo así como "avisadme si hoy conseguís que os dejen hablar conmigo. Un beso. Os quiero mucho".

Pablo le contestó "Pues llama. Siempre que llamas podemos hablar".

Porque, por supuesto, había mandado el sms, pero no había llamado por teléfono.

Llamó nada más recibir el mensaje, y le echó a Pablo una bronca del copón por haberle escrito esa respuesta. Pablo le decía "pero, mamá, si siempre que nos llamas puedes hablar con nosotros"

Pero ella quiere convencerles de que llama muchas veces al día pero nosotros les hemos trucado los teléfonos para que las llamadas entren unas veces sí y otras no.

Surrealista.

Yo creo que trata de crear pruebas para los juicios o algo así. Porque no creo que piense que puede convencer a los niños de que les llama todos los días pero ellos no se enteran.

Que Pablo y Pedro son niños, pero no tontos.

martes, 8 de noviembre de 2011

Libros y material escolar

No podíamos tener dos días tranquilos.

El fin de semana ha estado con nosotros Miguel, el amigo de Pablo. Nos hemos enterado de que hace más de dos semanas les mandaron comprar Huckelberry Finn de Mark Twain. El día límite para tenerlo era el 2 de noviembre.

Desde el 2 de noviembre tienen un mes para leerlo y entregar un trabajo para clase de lengua.

Esther le ha dicho que lo encargó por internet, pero aún no ha llegado.

Pero Pablo, cree que eso no es verdad: cree que su madre le está dando largas y que al final no se lo va a comprar. Como siempre.

Y, como siempre, estamos en la misma disyuntiva ¿Se lo compramos nosotros, aunque sea ella la que tiene la obligación y el dinero?

Lo que está claro, es que  J L y yo no íbamos a dejar que Pablo se quedara sin el libro hasta una semana antes de la entrega del trabajo. Y que lo tenga que leer sin tiempo, y que tenga que hacer el trabajo  deprisa, tarde y mal.

Así que, ayer fuimos a comprarlo. Queríamos que Pablo nos confirmara que, efectivamente, no tenía el libro y que era mentira que su madre lo había encargado, para no duplicar la compra.

Cuando José Luis intentó hablar con ella, la respuesta fue la de siempre: se puso a gritar como una loca "¡déjame en paz! ¡no me organices la vida! ¡no tengo por qué comprar nada! ¡olvídame! ¡vive tu vida!".

Por supuesto, fuimos a la librería que hay al lado del colegio y compramos el libro.

Que lo tenían. No había que encargarlo por internet. Bastaba con darle 9 euros a Pablo para que lo comprara al salir del colegio.


viernes, 4 de noviembre de 2011

el menú nuestro de cada día

Menú de los niños esta semana en casa de Esther:

  • Jueves: lentejas viudas
  • viernes: garbanzos
  • sábado: canelones
  • domingo: filete con patatas (en casa de Alejandro)
  • lunes: espirales de pasta  con salsa rosa, salchichas y palitos de pescado
  • martes: patas rusas y arroz
De postre, todos los días yogur.
De desayuno, leche con galletas o donuts o bollería industrial.



La fruta no existe.

De cenar, pizza o hamburguesa del bar del pueblo, o comida china para llevar.

Así que, cuando nos hemos enterado hemos cambiado nuestros menús. Hasta ahora no les habíamos preguntado qué comían, confiando estúpidamente en el criterio de su madre.

Ahora tenemos menús hipervitaminados, hiperproteínicos. Fruta en el desayuno la comida y la merienda, verdura en comida y cena, y carne o pescado también en comida y cena. Desayunos de fruta, leche y tostada con jamón y queso, paté, salami; o huevos fritos con tomate a la plancha, champiñones y jamón...



Hoy tenemos crema de zanahoria y puerro con tostones de pan y jamón y patatas guisadas con carne.

De postre, macedonia o batido de frutas.



miércoles, 2 de noviembre de 2011

Más petardos

Después de la "fiesta" petardera de ayer, nos fuimos a la cama con bastante inquietud por dos cosas: la inconsciencia de Pablo (al fin y al cabo, es un niño. No es tan raro que sea inconsciente), y la dejadez de su madre que, conociéndole, le deja horas solo por ahí sin ningún control.

Por la mañana, a eso de las 12, nos llama Pedro.

Qué raro.

Nos cuenta que están con la policía. Que la ha llamado Pablo. Que estaban pescando carpas en el parque con Miguel, cuando unos gamberros les han empezado a tirar petardos. A Pablo le han dado con uno en la espalda. Le ha quemado la camiseta, la ha traspasado y le ha hecho una quemadura.

A Miguel, le ha hecho una quemadura en el gemelo.

Pablo ha llamado al 112 y los gamberros se han escapado.

¿Y mamá, Pedro?

Mamá no estaba.

Un rato más tarde, nos vuelven a llamar y nos dicen que su madre les ha dicho que se pongan Trombocid en las quemaduras (¡¡¡¡!!!!).

¡¡Lavaos las quemaduras inmediatamente y poneos aloe si no hay otra cosa en casa (que no habrá)!!
Pero lo mejor es que os lleve mamá al médico para que os pongan un apósito. Las quemaduras son peligrosas. No se vayan a infectar.

Por la noche, nos confirmaron que, por supuesto, su madre no les había llevado al médico.

Tiene bemoles la cosa.

incoherencias y reacciones absurdas

El lunes por la noche, JL salió a correr. Ya de vuelta, se encontró con Pablo, que estaba tirando petardos con sus amigos.

Vamos a tirar este, vamos a tirar este otro... ¡Pero bueno, niño! ¿¿cuántos petardos llevas encima??

- Mamá me ha dado dinero, no son todos míos, llevo también los de mis amigos...
- Abre la mochila y enséñame qué llevas ahí.

(Recordemos que Pablo tiene doce años)

Pablo abre la mochila y JL ve que lleva ahí lo más grande: medio kilo de pólvora pegado a la espalda.



Susto enorme, el corazón encogido... ¿tu madre sabe esto?

Petardos requisados. Si son de tus amigos, que vengan sus padres a pedírmelos, que yo se los doy.

Al cabo de un rato, Pablo y su amigo Miguel vienen a casa a por la mochila (ya vacía de petardos).

En ese momento, llama su madre y le monta la bronca del siglo, no por los petardos, sino por estar con nosotros.

Cuando Pablo y Miguel se marcharon, JL escribió un sms a Esther contándole lo del medio kilo de petardos en la espalda, diciéndole que había castigado a Pablo sin tirar petardos hasta el próximo fin de siglo, y pidiéndole que ella mantuviera también el castigo. No hubo respuesta.

Por la noche, cuando hablamos con los niños, Pablo nos dijo que se había llevado una pedazo de bronca por haber venido a casa a vernos; otro pedazo de bronca porque nosotros le mandamos el dichoso sms informativo.

¿Y por los petardos? ¿te ha reñido?

No. Por los petardos, no.

lunes, 31 de octubre de 2011

Puentes

Este puente toca que los niños estén con su madre. Ellos, estaban disgustados: preferían pasarlo con nosotros.

Pedro, porque se olía que se iba a quedar colgado. Pablo, porque tenía la ilusión de hacer una quedada con sus amigos. Poco más que ver una peli de miedo con palomitas por la noche, y que algún amigo se quedara a dormir.



Su madre, le estuvo diciendo que ya lo pensarían durante días y días. Al final, los amigos le pidierrn que aclarara si dormirían en su casa o no, porque tenían que organizarse. Y Pablo, en consecuencia, exigió a su madre que le diera una respuesta definitiva. Por supuesto, ella se negó: siguió diciendo ya veremos, tendría que hablar con los padres de esos niños, tendría que saber, habría que pensar....

Pablo, muy sensato, dijo a sus amigos que no contaran con su casa, que su madre no se decidía. Terminaron organizando la quedada en otro pueblo y de otra forma. Aún no está claro si él va a ir o no, porque su madre dice que no se vaya a pensar que ella está dispuesta a hacerle de taxista.

Ahora, su madre le dice que la culpa de que no hayan hecho una fiesta en su casa es de él, que no se ha organizado bien.

Por suerte, el miércoles están ya con nosotros.

lunes, 24 de octubre de 2011

Reunión en el cole

Hoy ha habido en el cole una reunión con el tutor de Pablo. En cuanto Pablo ha salido del aula, Esther ha tenido la jeta de decir que no le dejamos hablar con sus hijos cuando están con nosotros.

También ha dicho que ella se esfuerza porque haya comunicación y buen rollo, pero que JL sólo quiere hacerle daño y que se niega a llegar a ninguna relación educada.

Hay que tener valor.


La casa

Ayer nos contaron los niños que la casa está destrozada. La que era la casa de la familia. En la que viven cuando están con su madre.

Esa casa que JL sigue pagando porque el juez le ha asignado a ella el uso. Y lo ha hecho a pesar de que los niños están la mitad del mes con nosotros, y no en esa casa.

Nos cuenta que el jardín está hecho un asco, y que la casa está muy estropeada por dentro y por fuera. Que ya no es como cuando él vivía allí.

Una gracia.

Porque la mitad de la propiedad, sigue siendo de JL. Con ese poco cariño, con ese mantenimiento nulo, cada día que pasa, pierde valor.



sábado, 22 de octubre de 2011

Seguimos sin portátil

Después de lo del otro día, Pablo volvió a llamar a su madre, insistiéndole en que necesitaba el ordenador para hacer los deberes y para clase.

Hubo miles de "ahora no puedo", "no puedo hablar hasta las nueve de la noche", y tal.

Por fin, quedó con él en que se lo acercaría al colegio a las ocho y cuarto de la mañana, justo antes de entrar en clase.

Pablo estuvo allí plantado quince minutos.

Su madre, no apareció.

Al mediodía, le llamó para decirle que cuándo se lo llevaba, que por la mañana no había podido.

¿Por qué?, le preguntó Pablo, al estilo Mouriño.

Porque me he dormido, contestó ella.

Intentaron encontrar otro momento en que ella tuviera diez minutos libres para ayudar a su hijo, pero fue imposible.

No puedo, luego tampoco puedo, por la noche tampoco puedo, mañana por la mañana es sábado, tampoco puedo.

Total. Fin de semana, el lunes vuelve con ella.

Sin portátil toda la semana.

jueves, 20 de octubre de 2011

Ayudando, que es gerundio

Empezamos bien los días con los niños: a Pedro se le ha olvidado el móvil en casa de su madre y a Pablo, el ordenador.

El problema es que el móvil de Pedro lo usamos para avisarle de que tiene que salir a tiempo del taller de fotografía para ir a natación, y cosas así; y para cuando va a jugar con un amigo, tenerle localizado.

Y el ordenador es aún peor, porque es el que Pablo usa en el colegio, y lo necesita para las clases.

Pedro se dio cuenta enseguida de que se le había olvidado el móvil, y llamó a su madre a las 2.30 PM para ver si se lo podía acercar.

Por supuesto, ella le dijo que no, que estaba trabajando (sale a las 3.00 PM).

- ¿Y cuando salgas?, le preguntó Pedro, preocupado, porque conoce su tendencia al despiste. Y porque sabe que no puede salir de casa solo sin el móvil, y él quiere irse a jugar con Víctor.

- Después, tampoco, contestó ella.

- ¿Pero, por qué?

- Pues porque no puedo.

La primera, en la frente.

Esta mañana, a eso de las 7.45 AM, Pablo se ha dado cuenta de que a él, lo que se le había olvidado, era el portátil. Su madre, coge el metro al lado de nuestra casa a las 8.15 AM.



Así que, lo que ha hecho ha sido llamarle para que se lo acerque, y recogerlo nosotros en el metro (desde el móvil de JL, porque a él le tiene bloqueadas las llamadas).

No sólo no ha cogido el teléfono, sino que ha rechazado las llamadas. Una, dos, tres y cuatro veces.

Entonces, Pablo le ha mandado un sms para que supiera que no era JL quien llamaba, sino él, y para explicarle lo que pasaba: que necesitaba que le acercara el portátil porque le iba a hacer falta en el cole.

No le ha contestado, así que, ha vuelto a llamarle desde el móvil de JL. Y ella, le ha vuelto a colgar otras tres veces.

El uno se ha quedado sin móvil y el otro, sin portátil.

¿Por qué no vamos nosotros a por él, os preguntaréis? No es la primera vez que nos pasa esto, claro. Pues no vamos nosotros porque, cuando llegamos, nos dice que no está en casa, y que no puede acercarse. Y que no va a organizar su vida como a nosotros nos da la gana.

Así son las cosas, y así se las hemos contado.

domingo, 16 de octubre de 2011

¿Por qué agobias a los niños?

Los niños están preocupados y tristes.

Su madre les ha dicho que van a vender la casa y se van a ir a vivir a un piso.

No queremos irnos, papá, nos han dicho. ¿Qué vamos a hacer con Pebbles? Mamá dice que no se puede tener en un piso.

Les hemos preguntado que por qué la quería vender. Pero no se lo ha dicho.

Su padre  les ha tranquilizado:  No os preocupéis. La mitad de la casa es mía. No puede venderla sin mi consentimiento. Y me la tiene que ofrecer a mí antes que a nadie.

Eso les ha relajado un poco. Pero no las tienen todas consigo. La inquietud y la incertidumbre de no saber qué pretende su madre, les tiene muy nerviosos.

Me gustaría entenderlo y poder decirles algo, pero no tengo ni idea de lo que pretende con esto.

¿Por qué quiere preocuparles? ¿Por qué les dice que va a hacer algo que está claro que no puede hacer? 

Esta mujer es un misterio para mí.


sábado, 15 de octubre de 2011

La última promesa

Después de lo que os conté en la última entrada, hemos podido disfrutar de un último ejemplo.

Tenemos previsto dar un paseo a caballo por Doñana el fin de semana que viene. Planazo. Esther no podía permitir que los niños pensaran en ello. Que se ilusionaran. Algo tenía que inventar.



Ayer Pablo nos llamó entusiasmado, diciendo que su madre le había dejado invitar a dormir a 10 ó 12 amigos, y que iban a hacer una fiesta y se iban a quedar hasta el domingo.

Durante tres años, no se ha quedado nadie a dormir con ellos. Sólo amigos de ella.

De repente, el fin de semana anterior un amigo de Pablo, y este, diez.

No sería malo un cambio, si fuera razonable y definitivo. Habrá que esperar para ver si es cierto.

De todas formas, del "vamos a hacer una fiesta y van a quedarse a dormir 10 ó 12 amigos", hemos pasado a que cuatro o cinco amigos van a pasar la tarde en casa, a merendar y bañarse en la piscina.

Mañana sabremos cómo ha sido todo finalmente.

Ojalá lo pasen bien.

jueves, 13 de octubre de 2011

Promesas incumplidas


Nos gusta hacer cosas. Y, cuando están con nosotros, las hacemos con los niños, claro.

Eso les divierte. Con nosotros están entretenidos y contentos.

A su madre, eso le aburre. Nunca le ha gustado. JL se quejaba de que, cuando estaba con ella, si quería hacer algo diferente a ir a un bar a tomar cervezas, tenía que hacerlo él solo.

Ahora que no están juntos, las cosas no han cambiado: ella sigue sin hacer un plan más allá de ir a un bar, tenga a los niños o no. Como resultado, los niños se aburren.

Como ve que se divierten haciendo cosas, y que les ilusiona pensar en el próximo plan que tenemos, utiliza la Promesa Estratégica.

O sea: cuando están haciendo algo entretenido con nosotros, si les ve contentos, les promete que con ella van a hacer alguna cosa que sabe que les gusta. Así, les distrae de lo bien que lo están pasando con la ilusión por lo que van a poder hacer unos días más tarde.

La última, fue prometerles que les iba a llevar a bucear. Incluso puso por teléfono a su amiga Laura para que les contara que ella es buceadora y que les iba a llevar a hacer el bautismo de inmersión en una piscina.



Lo hizo porque nosotros habíamos planeado ir a bucear a pulmón con nuestro amigo Nono. Ella les dijo que bucear a pulmón era una mierda. Literalmente. Que les iba a gustar mucho más bucear con bombona (en piscina).

Cuando llegó el momento de irnos a bucear, fue fantástico. Fue en el cabo de Gata. Los peces nadaban a nuestro alrededor: casi los podíamos tocar con la mano. Los colores eran como en los documentales de la tele.

Les encantó. Estuvieron dentro del agua durante horas. Los dos días que estuvimos allí.



Ella les llamó uno de los días para decirles que ya tenía organizada la visita a Isla Mágica.

Volvió a poner al teléfono a su amiga Laura para que les contara que su padre había trabajado allí, y que podía conseguir entradas gratis cuando quisiera.

Que, en cuanto volvieran, les llevarían a Isla Mágica.


Los niños, se ilusionan con estas cosas. Y luego se decepcionan cuando ven que les han vuelto a engañar.

Por supuesto, no han hecho ninguna de las dos cosas. Ni ninguna otra de las miles que les ha prometido.



miércoles, 12 de octubre de 2011

El Pilar

Hoy, día del Pilar, los niños han estado con nosotros. Por fin.

Tenían muchas ganas, porque unos amigos maños lo celebran cada 12 de octubre con una fiesta genial. Los años anteriores, siempre había tocado mientras estaban con su madre. Y ella, por supuesto, nunca les había dejado ir.


Ha sido fantástico ver cómo disfrutaban.

Se acaban de dormir con una sonrisa.

domingo, 9 de octubre de 2011

Patético


Tenemos a los niños desde el miércoles. Esta vez, los dos vinieron sin teléfonos móviles.

El jueves, su madre llamó al teléfono de JL mientras él estaba en el gimnasio. JL le dijo que los niños estaban conmigo en casa, haciendo los deberes; que me llamase a mí.

A partir de ahí, se desencadenó una locura de sms: ¿Quiero hablar con los niños y me cuelgas? Luego te dedicas a enviarme mensajes con mentiras de que yo no te permito hablar con ellos. Lo intentare una vez mas y sino tomare medidas (¿¿medidas???).


JL le mandó otro que decía: Te he contestado que llames a mi mujer, están con ella. Haz lo que consideres.



Y ella: Yo no tengo xq llamar a quien no conozco. Deduzco que no estás con ellos. Si no están con su padre deberían estar con su madre. Espero que cuando veas a los niños les permitas devolverme la llamada desde tu tlfno.

A esto siguió una escalada sin sentido en donde ella le acusaba de dejar a los niños tirados por ahí con tal de robárselos a su madre, le instaba a superar el divorcio, después de cuatro años, y no sé cuántas cosas más.

No sería tan patético si no fuera porque llevamos tres años teniendo que hacer entre veinte y cuarenta llamadas (al teléfono de Pablo, al de Pedro, al de casa, a los dos de su madre y, a veces, incluso al del novio de turno de ella) cada vez que queremos hablar con los niños y están con ella. Y no siempre lo conseguimos. Los de los niños, ella los pone en silencio, los apaga o los esconde. El de casa, lo descuelga, los de ella, sencillamente, no los coge.

Tampoco sería tan patético si no fuera porque nosotros jamás los dejamos solos, y ella los deja solos varias veces a la semana con cualquier disculpa: lo mismo vale que va a comprar tabaco, que va a ver a una vecina o que se va a tomar una cervezas.

Además, JL entra a trabajar una hora más tarde de su horario y sale una hora pronto por estar con ellos siempre que los tenemos. Tiempo que luego tiene que recuperar cuando no están con nosotros, claro. En cambio, ella se va de casa hora y media antes de que entren en el colegio y vuelve a casa varias horas después. A pesar de que sale del trabajo a la misma hora que ellos salen del colegio.

Tampoco sería tan patético todo esto si no fuera porque, cuando le toca tener a los niños, la mitad del tiempo se los deja a alguien para poderse ir de juerga sin ellos. Y para eso valen vecinos, amigos de los niños, hijas de amigas suyas o cualquiera. Ni siquiera los deja con sus hermanas. Supongo que estarán hasta las narices de echar un cable y que eso nunca tenga compensación por parte de ella.

Y tampoco sería tan patético si no fuera porque me conoce desde hace tres años, cuando se coló en Feria en la caseta de JL exigiendo que le invitáramos a una cerveza. Y porque, después de eso, nos hemos encontrado en los juzgados, en el colegio de los niños, en el supermercado o en los bares de alrededor tantas veces que he perdido la cuenta.

         

Porque lo cierto, es que se aburre con ellos. No le gusta estar con los niños. Y esto es algo tan descarado, que hasta ellos se dan cuenta. Y les duele. Les duele sentir que su madre no hace más que buscar la forma de quitárselos de encima.

Después de los tropecientos sms que le mandó a JL, por supuesto, él le pasó con los niños en cuanto llegó a casa, media hora más tarde. Y digo por supuesto, porque nosotros somos tontos y siempre procuramos que los niños hablen con su madre.

Se puso a pegarles gritos de qué estaban haciendo, con quién y por qué se habían quedado solos. Ellos, agobiados como siempre que tienen que soportar ese bombardeo, le contestaron que no se habían quedado solos, que habían estado haciendo los deberes conmigo.

Ufffff…

Habló unos dos minutos con cada uno: lo justo para que se comieran la bronca correspondiente.
Y después de tanto drama, no ha vuelto a llamarles hasta ahora: viernes (por supuesto: no les va a llamar el viernes de cervecitas), sábado (ni durante la juerga del sábado sabadete), ni en lo que va de domingo.


Como mucho, les llamará esta noche, para que no le puedan preguntar que por qué no les ha llamado más que una vez en toda la semana.

Daría risa si no fuera tan triste.

viernes, 7 de octubre de 2011

Sobre llamadas y sms

Como casi todo el mundo divorciado y con niños, las vacaciones de verano se dividen de la siguiente manera:

1ª mitad de julio, con uno
2ª mitad de julio, con el otro
1ª mitad de agosto, con uno
2ª mitad de agosto, con el otro

Este verano también fue así para nosotros.

Durante las dos quincenas que tuvimos a los niños, su madre les llamaría dos o tres veces. En quince días.

Una de las veces, Pablo le preguntó que por qué no les había llamado en tanto tiempo.

Ella contestó que la culpa era de ellos. Que tenían que haberle mandado un sms diciéndole que querían hablar con ella y pidiéndole que les llamara.

Que no pensaba volver a llamarles si no lo hacían así.

(Solicitando audiencia, le faltó decir)

jueves, 6 de octubre de 2011

Discos

JL es un loco de la música desde que era un crío. Empezó a comprar vinilos cuando no tenía siquiera plato.

Tenía una colección amplia y variada que iba desde Beethoven hasta los Rolling o Billy Holliday, pasando por ACDC o Queen.


Por supuesto, no lo pudo sacar de casa cuando Esther le echó.

Un día Pablo nos vino diciendo que cada vez había menos discos en la estantería.

Unas semanas después, llegó de casa de su madre con sus cosas en una bolsa de una tienda de compraventa de discos de segunda mano.

Hemos enseñado al dueño una foto de Esther. Y le hemos pedido que, si le lleva más discos, por favor nos llame, que se los re-compraremos.


miércoles, 5 de octubre de 2011

De vuelta

Hoy vuelven los niños con nosotros. Ole.

Miedo me da lo que nos puedan venir contando.

lunes, 3 de octubre de 2011

Libros

Durante los tres meses de vacaciones de verano, Pedro ha leído seis libros mientras estaba con nosotros. Pablo, siete.

Mientras estaban con su madre, no han leído ninguno.


jueves, 29 de septiembre de 2011

Tabaco y tos

Pablo ha seguido con el resfriado el lunes y el martes.

Nos dice que su madre sigue fumando delante de ellos, aunque le pidan que no lo haga. Aunque estén resfriados.

Dice que estas dos noches, no ha parado de toser. Y su madre, no sólo no se ha levantado para ver cómo estaba o darle algo de beber, sino que le ha gritado que se callara.

Le ha echado una bronca porque no le dejaba dormir con tanta tos y tanto ruido.

¡¡Deja de toser, joé!! le gritaba.

piojos

Ayer Pablo nos contó que él tiene que revisar a su madre el pelo por si le han pegado los piojos. En cambio, ella se niega a revisarle el pelo a él.

El pobre tiene que pasarse él mismo la liendrera.


Ayer se lo hicimos en casa, claro.

lunes, 26 de septiembre de 2011

Tabaco y medicinas

Hoy ha sido día de intercambio. Pablo está resfriado, con una tos tremenda. Duerme fatal.

Anoche, tomando antitusivo y expectorante, y leche con miel antes de acostarse, durmió fatal.

En casa de su madre, cómo no, no tienen jarabes ni nada para aliviarle.

Acabamos de hablar con él. Ella ha salido a por tabaco. Pero pasa de ir a la farmacia a comprarle nada.

Tiene narices la cosa.





Sobre recuerdos y nostalgias

La separación de JL fue bastante tormentosa. Le llevó la demanda la policía municipal en tres coches, nada más y nada menos, y tuvo que salir con lo puesto.

Salió sin apenas ropa, con un saco de dormir, porque ni sábanas tenía... Por supuesto, ni música, ni libros, ni nada parecido.

Esther se lo ha quedado todo.

A él, llevo escuchándole desde el principio "son cosas materiales. Se pueden sustituir. Las cosas no me importan".

Pero, además de las cosas materiales, ella se quedó con fotos y recuerdos. No le ha devuelto las fotos de cuando era niño, ni las de sus padres, ni sus juguetes, ni ninguno de esos recuerdos que vamos guardando (entradas de conciertos que nos encantaron, regalos sin valor material pero sí emocional, cartas...).

Entre esas cosas, está el traje de corto de Rafa.

Rafa era el hermano mayor de JL. Murió de repente cuando tenía 21 años. Fue JL quien se lo encontró muerto en la cama.

Pablo nació el mismo día que había nacido su tío. Cuando llegó la Feria, eran exactamente iguales, así que, la madre de JL les dejó el traje de corto de Rafa para que lo llevaran vestido al Real.

Después de la separación, Esther se lo quedó y se negaba a devolvérselo a su ex-suegra.

Les decía a los niños que, si su abuela quería el traje, que fuera a su casa y se lo pidiera.

¿Cómo se puede hacer eso? Quitarle a una madre un recuerdo de su hijo muerto ¿Qué clase de persona es capaz de hacer algo así?

viernes, 23 de septiembre de 2011

Desayunos y bocatas

Pablo ha empezado Secundaria.

O sea, que ahora entra al colegio una hora antes. En casa, lo que hacemos es que JL le lleva a él al cole y yo llevo a Pedro.

Cuando están con su madre, a Pedro le lleva la asistenta y a Pablo le lleva ella. Salen de casa a las ocho de la mañana, justo cuando llega la chica para quedarse con Pedro.

Ya no llevo bocata al cole, nos dijo. Antes me lo hacía E. pero ya no está y mamá no me lo hace.

- ¿Y el desayuno?- le pregunté yo.
- Me lo tengo que hacer yo.- me contesta.
- Pero ¿mamá no desayuna?
- Sí, pero también le tengo que hacer yo el desayuno.

Sin comentarios.

jueves, 22 de septiembre de 2011

Fuera pelotas

Ayer noche Pedro, que tiene nueve años, me contó en qué quedó el tema de las clases particulares.

Reunió fuerzas para decirle a su madre que prefería que le dejara ir a nadar una hora el lunes y a golf una hora el viernes, a seguir yendo a fútbol en el colegio.

Ella le gritó "¿¿Ya te has dejado convencer por tu padre otra vez??"

Y Pedro le contestó que no, que no era eso. Que jugaba al fútbol con sus amigos todos los días en los recreos. Y que llevaba yendo a fútbol desde que era pequeño, y también le gustaba aprender cosas nuevas.

Un razonamiento muy lógico, me parece a mí.

Ella se puso a gritarle que, si ya no le gusta el fútbol, no iba a jugar nunca más. Que no quería ver ni una pelota en casa, que las iba a tirar todas. Que nunca jamás iba a volver a llevar un balón al colegio.

Él le contestó que no era eso, que sí le gustaba, pero que ya jugaba mucho. Y que quería seguir llevando balones al cole.

Pero ella insistió en tirar las pelotas y prohibirle jugarlo cuando está con ella. Y siguió diciéndole que es un viejo. Que el golf es un deporte de viejos y de gordos, y que no entiende cómo le gusta.

Él le contestó que, cuando vamos a las clases hay muchos niños, que hay más niños que mayores, y que no hay casi viejos. Sólo alguno.

Y ella le gritó que eso era mentira, que le estaba mintiendo.

Y se fue sin aclararle si le iba a dejar ir a nadar y a jugar a golf, si iba a seguir yendo a fútbol, o si se había quedado sin ninguna actividad cuando está con ella, por bocazas.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Mal padre

Ayer JL se confundió. Llamó a los niños después de comer, y estaban en casa. En casa de su madre, quiero decir.

El creyó que ya habían empezado las clases del Instituto Británico y les dijo que tenían que ir, que iban a llegar tarde. Así que, salieron de casa a todo correr para que la asistenta les llevara. Su madre, por supuesto, no estaba allí.

No habían pasado cinco minutos, cuando se dio cuenta de que las clases empiezan en octubre, así que, les volvió a llamar para avisarles de que se había confundido y decirles que podían volver a casa.

Por la noche, cuando hablamos con ellos, se escuchaba a su madre gritando de fondo:

"¡¡¡Mal paadreeee!!! ¡¡Hacer salir a tus hijos de casa a las tres y media!!! ¡¡Estás locooooo!!! ¿¿Qué clase de padre hace eso??? ¡¡Sinvergüenza!! ¡¡Pobres niiñoooos!!! ¡¡Eres un mal paadreeeee!!"

NO COMMENT

martes, 20 de septiembre de 2011

¿Disfrutar de su compañía?

La semana pasada, con el tema de las clases particulares de los niños, su madre nos mandó un mensaje lacrimógeno diciendo que no los manda a clase porque a ella le gusta disfrutar de sus hijos y no va a renunciar a unas horas con ellos.

Hablamos de una hora el lunes por la tarde y otra el viernes por la tarde.  Además, las clases son en un horario en el que ella nunca está en casa.

Tres días más tarde, cuando llamamos a los niños, estaban cada uno por su lado, uno comiendo con un vecino y otro con un amigo.

Cuando les preguntamos que dónde estaba su madre, nos dijeron que se había ido de juerga con sus amigos desde la mañana.

Considerando que tiene a los niños la mitad del mes, le queda medio mes libre para planes sin niños.

Ahí queda claro cuánto le importan y cuánto le gusta estar con ellos.

Lo peor es que los niños se dan cuenta, y alguna vez nos han dicho que saben que mamá se aburre con nosotros y por eso no vamos juntos a ninguna parte.

Son unos niños encantadores. No puedo entenderlo.

sábado, 17 de septiembre de 2011

Algo pasa

Esta semana, su madre le ha comprado a Pedro una mochila para el cole y un coche radio-control, a Pablo le ha dado dinero para ir a comer con sus amigos (8 €) y para comprar un tirahilo para pescar (5 €), ha comprado un bozal para Pebbles y les ha dejado sacarla dos veces en un día (las mismas que en el último año).

No había sido tan dadivosa en estos tres últimos años. Los mismos niños están alucinados. Miedo me da lo que estará tramando.

jueves, 15 de septiembre de 2011

Qué pereza me da

Cada año, esto se convierte en una estupidez más grande.

Cuando yo conocí a JL, Pablo y Pedro estaban apuntados a 16 horas semanales de actividades extraescolares. Para que no pudieran salir del colegio hasta más allá de las 7 de la tarde.

Pablo iba flojo en el cole y los profes se quejaban de que no hacía los deberes. José Luis decía que cómo iba a hacerlos, si su madre le tenía apuntado a tantas extraescolares que llegaba a casa a las 7.30 o las 8. Después de eso, báñate, cena y ¿a qué hora hace deberes?

Finalmente, después de mucha pelea, el colegio forzó que Pablo dejara fútbol, patines, ajedrez, piano y no sé qué más, y diera prioridad a las asignaturas obligatorias, al menos, hasta que recuperara lo perdido. E impuso una profesora de apoyo en casa, que fuera la misma con su madre que con nosotros.

Pedro, mientras tanto, siguió apuntado a fútbol. El inglés, que es mucho más caro,su madre no se lo quiso pagar.

Nosotros pagamos el Instituto Británico para los dos. Ella no pero, al menos, en sus días les deja ir.

Les apuntamos a clases de natación, ya que tienen piscina en casa. Son dos horas a la semana, a media tarde, con tiempo para que antes hagan los deberes. Ella, no les lleva. Pagamos 8 días al mes y van 4.

Nos pidieron que les apuntáramos a clases de golf porque nosotros jugamos.

Les apuntamos y les ha gustado mucho. Lo hacen muy bien. Es una hora los viernes por la tarde.

Su madre, tampoco les deja ir. De nuevo, pagamos el doble de clases de las que dan.

Este año, JL le ha enviado un correo con los horarios, rogándole que les permita ir. Las clases son al lado del colegio, no le supondría ningún problema. Y, si ella quiere, nosotros nos ocupamos hasta de llevarlos de vuelta a su casa.

Ha contestado que por qué nos metemos en su vida, que hemos apuntado a los niños a las actividades que hemos querido, que no les dejamos jugar a fútbol.

Les hemos vuelto a preguntar a ellos qué prefieren. Pedro ha dicho: "yo prefiero nadar y golf. Pero, diga lo que diga, mamá me va a contestar que tú me has convencido".

Recemos para que, al menos, les lleve a las clases de inglés del Británico. Porque, las demás, las tienen perdidas.

Otoño caliente

Empezamos el curso movidito.

Ayer fue miércoles. Los niños estaban con nosotros después de pasar el lunes y el martes con su madre.

Cuando llegaron a casa, nos dijeron que Pablo se había quedado solo por la mañana mientras la asistenta llevaba a Pedro al cole.

José Luis mandó un mensaje pidiéndole que no dejara al niño solo. Ella contestó que nunca los deja solos: que había una persona en casa. Así que, volvimos a preguntarles ¿Seguro que Pablo se quedó solo?

En casa no había nadie más que él cuando yo me fui, contestó Pedro.

Al cabo de un rato les llamó una amiga suya para decirles que ella estaba en casa, pero que ellos no se habían dado cuenta. Pero que no se preocuparan, que estaba allí para que no estuvieran solos.

Los niños nos miraron con cara de "somos niños, pero no tontos".

No contenta con esto, cuando habló con los niños por la tarde, volvió a sacar el tema de la carta de inicio de curso.

¿Recordáis el post del día 14 de septiembre? En el colegio nos confirmaron que le habían mandado a ella la información de inicio de curso: un folleto con el calendario escolar de Primaria y Secundaria, horarios, etc.

Como ella no nos lo había mandado, en la Secretaría del colegio nos hicieron una copia.

Pues ayer les llamó a los niños para decirles que nosotros le habíamos robado el folleto de inicio de curso.

¿No es increíble?

Como remate, después de hablar con ellos DOS VECES a lo largo de la tarde, le mandó a Pablo un sms que decía algo así como "otra vez no podemos hablar. Siento que tengáis que pasar por esto. En casa os lo explicaré todo".

Pablo vino corriendo a enseñármelo.

Le contestó: "Mamá, sí podemos hablar. Hemos hablado dos veces esta tarde"



miércoles, 14 de septiembre de 2011

Empieza el cole

Este lunes empezaba el colegio.

A nosotros no nos habían mandado la documentación. En el colegio siguen pensando que los padres son civilizados y confían en que, mandándole esta información a Esther, nos llegará a nosotros.

Nunca nos ha mandado nada. Esta vez, por supuesto, tampoco.

Lo que hicimos, lógicamente, es acercarnos al cole para que nos aclararan el calendario escolar, hora de comienzo y salida de clases en Primaria y Secundaria, y demás.

El domingo por la noche, Esther llamó a los niños (después de haber estado sin llamarles desde el miércoles), para ver a qué hora les íbamos a llevar a casa: no se había enterado de que sus hijos empezaban el colegio.

Todavía no me lo puedo creer.

Fotos y recortes

Pablo necesita buscar unos mapas y pegarlos en un trabajo. El trabajo lo terminó en casa de su madre con la información que había buscado conmigo aquí. Pero los mapas, no nos dio tiempo a buscarlos.

Me llamó para decirme que lo había terminado. Mientras hablábamos, nos dimos cuenta de que faltaban los mapas, y él se puso muy nervioso "por favor, por favor, búscamelos tú" me dijo. Mamá no me va a ayudar.

Ayer Pedro nos dijo que tenía que llevar una foto del verano al colegio. Que si se la podíamos buscar nosotros.

Más de lo mismo

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Sobre esfuerzos y clases

Ya le dije yo a José Luis que esto iba a pesar, y me dijo que él no iba a dejar de intentarlo.

Los niños llevan dos años apuntados a clases de natación (fundamental, ya que tienen piscina en casa de su madre), y también de golf.

Las pagamos nosotros, por supuesto.

Él quiere que su madre los deje ir las tardes de los lunes, que están con ella. Ya que pagamos nosotros, los niños quieren ir, y con ella no tienen otra cosa que hacer, no debería ser un problema.

Pero, por supuesto, no les deja.

En fin. Seguiremos pagando tres días a la semana para que vayan uno.

No digo que ella no tenga derecho a hacer lo que quiera. Pero me parecía lo lógico que quisiera lo mejor para los niños, ya que es su madre.

martes, 6 de septiembre de 2011

¿No le preocupa?

Volvimos de Bilbao en coche. 1000 km. No sé cuánta gente de la familia nos llamó para ver cómo iba todo, para ver si habíamos llegado bien.

La "madre" de los niños no llamó.

Al parecer, no estaba preocupada por si uno de los muertos de la operación retorno de agosto era uno de sus hijos.

Hay cosas que no entiendo.

miércoles, 10 de agosto de 2011

Deberes

Diez días llevan los niños en casa de su madre. Diez días en los que no han hecho ni media hora de deberes. Diez días en los que ni siquiera han leído. Y eso que, salvo el fin de semana, estaban en casa.

Cuando lleguen con nosotros, tendrán acumulados los de la quincena pasada y los de la nuestra.

Pero, claro, como ella les dice que ya trabajan con su padre y que, mientras estén con ella, lo que tienen que hacer es disfrutar...

lunes, 8 de agosto de 2011

Calma sorprendente

Llevamos unos días que podemos hablar con los niños todos los días. Y sin necesidad de llamar 30 veces a cinco teléfonos distintos. Supongo que es porque están en casa de Gracia, y quiere que Gracia piense que mentimos cuando nos quejamos de la pesadilla diaria que supone hablar con ellos.

O que mentimos cuando decimos que, la mitad de los días, no nos lo permite.

Veremos cuánto dura la calma...

jueves, 4 de agosto de 2011

Añoranza

Llevamos a los niños a casa de su madre después de 15 días con nosotros. Quince días en los que no los había visto y apenas los había llamado.

A las 9.00 AM estábamos tocando el portero automático.

Estaba sólo la asistenta. Ella no había retrasado ni una hora su entrada al trabajo.

Se ve que los echó de menos un montón. No tengo palabras.

jueves, 14 de julio de 2011

Sobre "putadas"

Ayer los niños nos dijeron que su madre pretende saltarse la hora de entrega acordada y devolvérnoslos por la tarde, en lugar de a primera hora de la mañana.

El último intercambio, ella alegó "la hora firmada en el convenio". A pesar de que el mayor estaba enfermo y de que el médico había recomendado que no saliera de casa en todo el día, ella se negó a aceptar ningún retraso en la hora de entrega.

Hoy, mi chico le ha reenviado su propio correo, recordándole el horario convenido, y le ha mandado también un sms para que no alegue que no tiene acceso al correo electrónico desde la playa.

"Consulta tu correo, tienes un emilio importante" o algo así.

La respuesta de ella ha sido "¿qué nueva putada me tienes preparada?".

No sería tan sorprendente si no fuera porque, en tres años, ella se ha aplicado en hacernos casi una cada día, y nosotros hemos sido incapaces -diría más: absurdamente incapaces- de devolverle ninguna de las "putadas" (por respetar su terminología) que nos ha hecho.

A nosotros y a sus propios hijos.

En fin.

miércoles, 13 de julio de 2011

Broncas

Los niños están de vacaciones con su madre en un camping en Cádiz. Llamamos para hablar con ellos, y el mayor le empezó a contar a su padre, entusiasmado, que habían comprado un cenicero con forma de sol .

Su madre, empezó a gritarle como una loca que no nos contara nada de lo que están haciendo a nosotros.

¿¿Porque habían comprado un cenicero??

martes, 12 de julio de 2011

Perpleja

Ayer, por primera vez en tres años, no sólo no hizo falta que nos pasáramos tres horas llamando a los niños hasta que a esta le diera la gana de coger el teléfono, sino que nos llamó ella para que pudiéramos hablar.


Miedo me da saber el motivo.

lunes, 11 de julio de 2011

Lo bueno de tener amigos

Resulta que, el otro día estaba Marta en El Cartujano y vio a los niños llamar "mamá" a una señora. Así que, decidió poner antena.


Aún no he hablado con ella, pero parece que se pasó más de hora y media hablando de nosotros a gritos y diciendo barbaridades.


Dice que va a vetar mi entrada al colegio de los niños; que va a exigir que sólo se los den a ella, a su asistenta y, dado que no puede impedirlo, al padre de sus hijos. Eso es muy lógico: se los pueden dar a una empleada de ella, pero no a la mujer de su padre, que vive con ellos la mitad del mes. Dice que, si no aceptamos esto, que pidamos la custodia. 

A cualquier juez le encantará la propuesta. 


Dice Marta que se pasó todo el tiempo echando sapos y culebras y que, al parecer, no tuvo otro tema de conversación. Con los niños a su alrededor, escuchando. Qué bonito.


Total, que parece que somos el centro de su vida. 

Ya que decidió separarse, creo que debería dejar de pensar en el hombre al que echó de casa hace ya tres años. Digo yo. Por salud mental.



martes, 4 de enero de 2011

Cómo empezó todo / La vuelta de las navidades

La maldad del día
No nos devuelve a los niños el día acordado de retorno de vacaciones porque (palabras textuales) “no le sale del coño”.
Para ello, se salta el ritmo natural del calendario. Además, se salta el derecho de su padre a elegir calendario este año, tal y como dice el convenio regulador.
Lo cual, no es raro. Según mi experiencia, lo que ella suele hacer no es lo que marca el convenio sino, tal y como reza su lema, “lo que le sale del coño”.
Viva la elegancia en el hablar y la buena educación.
Consecuencias:
-          Nos pasaremos 14 días seguidos sin ver a los niños.
-          Los niños no verán sus regalos de Reyes hasta el día 12 de enero.
-          Se perderán la fiesta que teníamos organizada para ellos el día 7.
-          Había un vuelo en globo organizado para Pablo como premio por sus buenas notas del curso pasado que también se perderá.
-          Descoordina el calendario de los niños con mi calendario de viajes, lo que hará que yo no esté en casa cuando les toque estar con nosotros.

1er flashback: cómo empezó todo
Pues veréis.
Un día, por esas cosas de la vida, conocí a un pedazo de tío: más de 1,90, guapo, con unos ojazos impresionantes; estaba un poco pasadito de peso y corto de pelo, pero… parecía brillante– al menos, había conseguido terminar la carrera de Ingenieros trabajando lo cual, si no es determinante en absoluto (¡cuántos ingenieros tontos conoceré yo!), sí es un indicio.
Así, a bote pronto, parecía buena persona.
En aquellos primeros días había algo que no me encajaba: era un tipo sorprendentemente optimista pero nunca sonreía. Una contradicción.
Nada más conocernos, me dijo dos cosas: que sus hijos eran lo más importante de su vida (y me enseñó una foto, por supuesto), y que su mujer (casi ex en aquel momento) había pasado de ser su mejor amiga a ser su peor enemiga. Él pensaba que era porque había niños en medio de la separación.
A mí me cuesta creer eso. Los niños, en todo caso, deben mejorar la relación, no empeorarla. Al fin y al cabo, se supone que para los dos padres ellos son lo primero, y que los dos estarán dispuestos a ceder algo más por ellos que en el caso de que no hubiera nadie a quien proteger.
Ya en aquel momento, me dijo que había sido ella quien había decidido separarse, por mucho que él había intentado evitarlo.
Entonces ¿por qué estaba tan enfadada como para haberle echado de casa utilizando a la policía, sin dejarle sacar su ropa ni sus cosas y escondiendo a los niños para que él no los viera?
No lo entendí entonces y no lo entiendo ahora.
La diferencia es que entonces pensé que ella tal vez tuviera alguna razón que yo no conocía. Y me daba algo de miedo, la verdad.
Pero ahora, sé que esa razón misteriosa, sencillamente, no existe.