martes, 4 de enero de 2011

Cómo empezó todo / La vuelta de las navidades

La maldad del día
No nos devuelve a los niños el día acordado de retorno de vacaciones porque (palabras textuales) “no le sale del coño”.
Para ello, se salta el ritmo natural del calendario. Además, se salta el derecho de su padre a elegir calendario este año, tal y como dice el convenio regulador.
Lo cual, no es raro. Según mi experiencia, lo que ella suele hacer no es lo que marca el convenio sino, tal y como reza su lema, “lo que le sale del coño”.
Viva la elegancia en el hablar y la buena educación.
Consecuencias:
-          Nos pasaremos 14 días seguidos sin ver a los niños.
-          Los niños no verán sus regalos de Reyes hasta el día 12 de enero.
-          Se perderán la fiesta que teníamos organizada para ellos el día 7.
-          Había un vuelo en globo organizado para Pablo como premio por sus buenas notas del curso pasado que también se perderá.
-          Descoordina el calendario de los niños con mi calendario de viajes, lo que hará que yo no esté en casa cuando les toque estar con nosotros.

1er flashback: cómo empezó todo
Pues veréis.
Un día, por esas cosas de la vida, conocí a un pedazo de tío: más de 1,90, guapo, con unos ojazos impresionantes; estaba un poco pasadito de peso y corto de pelo, pero… parecía brillante– al menos, había conseguido terminar la carrera de Ingenieros trabajando lo cual, si no es determinante en absoluto (¡cuántos ingenieros tontos conoceré yo!), sí es un indicio.
Así, a bote pronto, parecía buena persona.
En aquellos primeros días había algo que no me encajaba: era un tipo sorprendentemente optimista pero nunca sonreía. Una contradicción.
Nada más conocernos, me dijo dos cosas: que sus hijos eran lo más importante de su vida (y me enseñó una foto, por supuesto), y que su mujer (casi ex en aquel momento) había pasado de ser su mejor amiga a ser su peor enemiga. Él pensaba que era porque había niños en medio de la separación.
A mí me cuesta creer eso. Los niños, en todo caso, deben mejorar la relación, no empeorarla. Al fin y al cabo, se supone que para los dos padres ellos son lo primero, y que los dos estarán dispuestos a ceder algo más por ellos que en el caso de que no hubiera nadie a quien proteger.
Ya en aquel momento, me dijo que había sido ella quien había decidido separarse, por mucho que él había intentado evitarlo.
Entonces ¿por qué estaba tan enfadada como para haberle echado de casa utilizando a la policía, sin dejarle sacar su ropa ni sus cosas y escondiendo a los niños para que él no los viera?
No lo entendí entonces y no lo entiendo ahora.
La diferencia es que entonces pensé que ella tal vez tuviera alguna razón que yo no conocía. Y me daba algo de miedo, la verdad.
Pero ahora, sé que esa razón misteriosa, sencillamente, no existe.

Antes de empezar

Le he dado muchas vueltas a cómo plantear esto para no condicionar las opiniones. Por un lado, podría contar los hechos lisa y llanamente, sin aditivos.

Pero, por otro, creo que hace falta añadir algún detalle para que las cosas se entiendan bien.

Así que, creo que iré mezclando estas pequeñas anécdotas cotidianas que tan absurda están haciendo mi vida, con pinceladas de flashback para ir entendiendo por qué las cosas son como son.