lunes, 11 de julio de 2011

Lo bueno de tener amigos

Resulta que, el otro día estaba Marta en El Cartujano y vio a los niños llamar "mamá" a una señora. Así que, decidió poner antena.


Aún no he hablado con ella, pero parece que se pasó más de hora y media hablando de nosotros a gritos y diciendo barbaridades.


Dice que va a vetar mi entrada al colegio de los niños; que va a exigir que sólo se los den a ella, a su asistenta y, dado que no puede impedirlo, al padre de sus hijos. Eso es muy lógico: se los pueden dar a una empleada de ella, pero no a la mujer de su padre, que vive con ellos la mitad del mes. Dice que, si no aceptamos esto, que pidamos la custodia. 

A cualquier juez le encantará la propuesta. 


Dice Marta que se pasó todo el tiempo echando sapos y culebras y que, al parecer, no tuvo otro tema de conversación. Con los niños a su alrededor, escuchando. Qué bonito.


Total, que parece que somos el centro de su vida. 

Ya que decidió separarse, creo que debería dejar de pensar en el hombre al que echó de casa hace ya tres años. Digo yo. Por salud mental.



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