La semana pasada, con el tema de las clases particulares de los niños, su madre nos mandó un mensaje lacrimógeno diciendo que no los manda a clase porque a ella le gusta disfrutar de sus hijos y no va a renunciar a unas horas con ellos.
Hablamos de una hora el lunes por la tarde y otra el viernes por la tarde. Además, las clases son en un horario en el que ella nunca está en casa.
Tres días más tarde, cuando llamamos a los niños, estaban cada uno por su lado, uno comiendo con un vecino y otro con un amigo.
Cuando les preguntamos que dónde estaba su madre, nos dijeron que se había ido de juerga con sus amigos desde la mañana.
Considerando que tiene a los niños la mitad del mes, le queda medio mes libre para planes sin niños.
Ahí queda claro cuánto le importan y cuánto le gusta estar con ellos.
Lo peor es que los niños se dan cuenta, y alguna vez nos han dicho que saben que mamá se aburre con nosotros y por eso no vamos juntos a ninguna parte.
Son unos niños encantadores. No puedo entenderlo.
Hablamos de una hora el lunes por la tarde y otra el viernes por la tarde. Además, las clases son en un horario en el que ella nunca está en casa.
Tres días más tarde, cuando llamamos a los niños, estaban cada uno por su lado, uno comiendo con un vecino y otro con un amigo.
Cuando les preguntamos que dónde estaba su madre, nos dijeron que se había ido de juerga con sus amigos desde la mañana.
Considerando que tiene a los niños la mitad del mes, le queda medio mes libre para planes sin niños.
Ahí queda claro cuánto le importan y cuánto le gusta estar con ellos.
Lo peor es que los niños se dan cuenta, y alguna vez nos han dicho que saben que mamá se aburre con nosotros y por eso no vamos juntos a ninguna parte.
Son unos niños encantadores. No puedo entenderlo.
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