jueves, 15 de septiembre de 2011

Otoño caliente

Empezamos el curso movidito.

Ayer fue miércoles. Los niños estaban con nosotros después de pasar el lunes y el martes con su madre.

Cuando llegaron a casa, nos dijeron que Pablo se había quedado solo por la mañana mientras la asistenta llevaba a Pedro al cole.

José Luis mandó un mensaje pidiéndole que no dejara al niño solo. Ella contestó que nunca los deja solos: que había una persona en casa. Así que, volvimos a preguntarles ¿Seguro que Pablo se quedó solo?

En casa no había nadie más que él cuando yo me fui, contestó Pedro.

Al cabo de un rato les llamó una amiga suya para decirles que ella estaba en casa, pero que ellos no se habían dado cuenta. Pero que no se preocuparan, que estaba allí para que no estuvieran solos.

Los niños nos miraron con cara de "somos niños, pero no tontos".

No contenta con esto, cuando habló con los niños por la tarde, volvió a sacar el tema de la carta de inicio de curso.

¿Recordáis el post del día 14 de septiembre? En el colegio nos confirmaron que le habían mandado a ella la información de inicio de curso: un folleto con el calendario escolar de Primaria y Secundaria, horarios, etc.

Como ella no nos lo había mandado, en la Secretaría del colegio nos hicieron una copia.

Pues ayer les llamó a los niños para decirles que nosotros le habíamos robado el folleto de inicio de curso.

¿No es increíble?

Como remate, después de hablar con ellos DOS VECES a lo largo de la tarde, le mandó a Pablo un sms que decía algo así como "otra vez no podemos hablar. Siento que tengáis que pasar por esto. En casa os lo explicaré todo".

Pablo vino corriendo a enseñármelo.

Le contestó: "Mamá, sí podemos hablar. Hemos hablado dos veces esta tarde"



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