martes, 10 de enero de 2012

Atención a los estudios

A Pablo le ha ido de pena esta primera evaluación.

Yo le veo mucho mejor que el año pasado. Y, de hecho, ha sacado buena nota en varios exámenes.

Le han suspendido por no hacer los deberes.

Para recuperar, le piden que termine los deberes que no ha hecho.

Por suerte, tenemos una profe particular, Lorena, para que le ayude. En nuestra casa y en casa de su madre.

La única pega es que, estas navidades, entre festivos y fin de semana, no podría ir a casa de Esther ni la mitad de los días.

Cuando empezaron las vacaciones, Lorena le hizo un calendario para distribuir uniformemente las tareas y que no tuviera que pegarse atracones a última hora.

Pablo nos prometió que cumpliría con él.

Cada día, cuando hablábamos por teléfono, nos prometía que lo estaba llevando puntualmente.

El día que volvió con nosotros, Lorena nos mandó un correo diciendo que no había cumplido nada. Que no había hecho nada en casa de su madre. Que era imposible que le diera tiempo a terminar todo en el tiempo de vacaciones, el que le tenía que pasar con nosotros.

Nos enfadamos mucho con él, claro. Como siempre, se tienen que pasar currando el tiempo que están con nosotros por no trabajar cuando están con ella.

Pero, cuando llegó, Pablo nos explicó que habían pasado varios días en casa del novio de su madre, a 6 km de su casa. El día de Navidad, se le olvidó llevar los deberes y, a partir de ahí, estuvo tres días pidiéndole a su madre que se acercaran a casa a recogerlos.

Ella se negó todas las veces.

6 km. Diez minutos en coche.

Pedro nos dice que eso es verdad, que él estaba delante.

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