lunes, 9 de enero de 2012

Lágrimas de cocodrilo

¡Cuántos días sin escribir nada!... Navidades, compromisos, familia... ¡qué bien lo hemos pasado!

Por supuesto, tenemos aventuras navideñas.

¿¿Por dónde empezar??

Tal vez por un detalle sin trascendencia práctica, pero esclarecedor.

Esta Navidad, los niños han estado con nosotros desde nochevieja hasta hoy. Cuando llegó, Pablo nos contó que su madre se había despedido de él llorando por los días que iban a estar sin verse.



Hubiera sido genial.

Pero, después de tantas lágrimas, el último día que le llamó por teléfono fue el día 1 de enero.

Hoy es 9 de enero y no le ha vuelto a llamar.

Con Pedro habló por última vez el día 3 de enero. Ese día, no quiso hablar con Pablo.  Pedro tampoco ha hablado con ella desde el día 3 hasta hoy, día 9.

Ni el día en que volvimos de Bilbao, para ver qué tal había ido el viaje.

Ni la noche de Reyes.

Ni el día de Reyes, para ver qué regalos habían tenido y si estaban contentos.

Ni ningún otro día después de eso.

Seguro que hoy, la culpa es de ellos.

O nuestra.


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