Esta semana, Esther ha llamado a los niños sólamente el sábado. Y eso que nos íbamos a Granada a esquiar (carretera, ola de frío, niños, qué tal esquiando...). Pues no.
Nos han contado que les ha exigido que nos engañen, nos tanguen pasta o hagan lo que sea, pero que quiere que le lleven un regalo a ella y otro a su novio.
Cada día flipo más.
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