Pedro nos ha dicho que él también intentó traerse a casa la mochila de Pablo con las cosas para los deberes. Lo había recogido todo él solo. Lo tenía ya preparado, pero su madre lo vio y le dijo que lo dejara en casa, que no se lo podía llevar. Que el viernes se lo llevaría ella al autobús.
Crucemos los dedos.
También nos ha dicho que, ahora que no está Pablo, estar con su madre es soportable. No es un infierno de gritos todo el día.
Pero que se siente muy solo y se aburre mucho.
Qué mono es.
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